Por un mundo libre de etiquetas

Para mí no existen fronteras.
Para mí no existen barreras.
No me importa si eres de Asia,
Europa, América o África.
Me es indiferente si tienes sangre europea, indígena o árabe,
o si vienes de la Antártida.
Si eres alto, bajo
o si mides menos del promedio
o te vemos hacia arriba cuando hablamos.
No me importa si eres negro,
blanco, rosa, amarillo, café, cobre o arcoiris.
No me importa qué idioma hables
o si hables otro muy, muy poco
pues apenas lo aprendes para comunicarte,
ya que las palabras a veces sobran para expresarse.
No me importa si usas piercings o si llevas algún tatuaje.
No me importa si te gustan los hombres, mujeres o ambos.
No me importa si naciste hombre en el cuerpo de una mujer
o si naciste mujer en el cuerpo de un hombre.
No me importa la música que te guste,
ni como decidas vestirte.
No me importa a qué partido
decidas irle ni a que equipo de deportes apoyes.
No me importa si eres rico o eres pobre.
No me importa si crees en un Dios, en muchos o no crees en nadie.
Si tienes religión o tan solo expresas tu amor.
No me importa si comes carne o no comes nada derivado de los animales.
No me importa si estás casado o te divorciaste,
o si tuviste hijos fuera de un matrimonio o si no quieres casarte;
si no quieres tener hijos o si quieres adoptar.
Tampoco me importa si tienes alguna discapacidad, deficiencia o enfermedad.
No me importa si eres feo o agraciado
de acuerdo a lo que marca esta sociedad.
No me importa si vives con tu pareja y no hay un papel que los una
o si se casaron con grande fiesta.
No me importa que creas en ciencia
o que creas en otras ideas.
No me importa que hayas ido a la cárcel o que hayas estado detenido por un crimen que hayas o no cometido.
No me importa tu pasado,
o si fuiste o no escolarizado
o si vienes de una familia con alta o baja reputación
o si hiciste algo que te avergüenza o te causa emoción.
No me importa si trabajas
en puestos altos o bajos
o si eres muy soez cuando hablas
o muy dulce al expresarte.
No me importa que tengas muchas cosas materiales
o que tengas solo algunas que atesoras.
No me importa cómo vivas.
No me importa lo que creas.
No me importa lo que seas.
Para mí las etiquetas
no tienen significado.
Y por ello no voy a juzgarte.
Para mí tú y yo somos humanos
y como tal si veo que caes
correré para ayudarte.
No me importa nada más
y me encantará escucharte.
Sé que aprenderé de ti
algo que quizás no conocí.
Porque aunque eres igual que yo
puesto que todos somos humanos,
somos tan diferentes en gustos
y eso hace la belleza de este mundo.
Una sonrisa que me des
será mi mayor regalo.
Todas tus ideas respetaré
y espero que tú a mi también.
Con amor tan solo te veré
porque eso, es lo que hará que olvidemos
las etiquetas que nos han y hemos puesto.
¡Por un mundo libre de etiquetas!